domingo, 1 de julio de 2007

Vlad el Empalador



La historia de los vampiros está ligada a la de Drácula, personaje imaginario ideado por Bram Stoker. Pero más allá de este conde de ficción con poderes sobrenaturales existe la figura de un personaje real, un auténtico príncipe de los Cárpatos...
En torno a 1430 nació en Sighisoara, un pueblo de Transilvania, un niño llamado Vlad, que más tarde sería conocido como Tepes (el Empalador), o también como Drácula. Este nombre lo hereda de su padre, apodado Dracul. Drac significa dragón y también diablo y el sufijo ul funciona como artículo. Si además se añade la terminación ea (que significa 'hijo de') se obtiene "hijo del dragón" o "hijo del diablo". Se dice que a su padre lo llamaban diablo por su habilidad para las maniobras políticas. Sin embargo, el sobrenombre de dragón también estaría justificado, ya que su padre fue ordenado Caballero de la Orden del Dragón por Segismundo II de Luxemburgo. La Orden del Dragón era una orden encargada de luchar contra los turcos. Su escudo era un dragón con las alas extendidas agarrado a una cruz.
Fue el segundo de tres hermanos: Mircea, Vlad y Radu. Vlad era hijo de Vlad II, príncipe de Valaquia, una pequeña región al sur de Transilvania y Moldavia. A los 13 años su padre, Vlad II, decide luchar junto a los turcos, frente a los húngaros y, como prueba de ello envía a sus hijos Vlad y Radu como invitados-rehenes a la corte del sultán.
Allí pasa 4 años hasta que su hermano Mircea y su padre son asesinados por los húngaros. En aquel momento, el príncipe de Valaquia era elegido por los nobles de entre los miembros de la familia real. Dicha familia tenía dos clanes rivales: el de los Danesti y el de Vlad y su padre. Con la muerte de Vlad II los húngaros consiguen poner a un Danesti como príncipe marioneta. Los turcos deciden entonces armar a Drácula y le dan soldados para que acuda a Valaquia a reclamar su trono. Drácula consigue el reinado durante dos meses pero otra vez los húngaros se hacen con el poder poniendo un príncipe títere y envían a Drácula al exilio en Moldavia. De forma repentina, Drácula se une al rey húngaro, que lo manda al exilio, y el príncipe marioneta de Valaquia se une a los turcos. Drácula consigue recuperar Valaquia y establece la capital en Tirgoviste, lugar donde hoy día se pueden visitar las ruinas de su auténtico castillo.
Entre 1456 y 1462 tendrá lugar su segunda estancia en el trono, momento en que Drácula cometerá la mayoría de las atrocidades que le hicieron famoso. La tortura favorita de Vlad El Empalador fue, sin duda alguna, el empalamiento. Para realizarlo se utilizaban dos caballos que tiraban de cada una de las piernas del condenado mientras introducía una estaca afilada por su cuerpo. El final de la estaca solía estar bañado en aceite y se tenía cuidado de no afilar demasiado la estaca para no producir una muerte demasiado repentina que evitara el sufrimiento. El palo o estaca solía ser introducido por el trasero y salía por la boca. Sin embargo, había muchas variaciones: desde la utilizada para niños ,de forma que el palo saliese a través de la barriga de su madre, hasta la de introducir sólo un poco el palo al condenado para luego ponerlo vertical y que este se fuera empalando solo por la gravedad. La muerte por empalamiento tardaba horas y, a veces, días en llegar. Además, los cuerpos permanecían allí durante meses, a pesar de la descomposición. Pero no era el empalamiento el único método de tortura o ejecución de Drácula. Otros de sus métodos eran clavos en la cabeza, cortar los labios, cegar, estrangular, quemar, cortar narices y orejas, mutilar los órganos sexuales, arrancar la cabellera, arrancar la piel, exponer a los elementos o a animales salvajes, hervir vivas a sus víctimas...
Algunos tratan de justificar los crímenes de Drácula como forzados por sus necesidades políticas y como resultado de los nacionalismos nacientes. Drácula trató de imponer su código de conducta moral de la manera más brutal, especialmente con las mujeres que no eran castas. Doncellas que perdieran su virginidad, esposas adúlteras o viudas eran el objetivo de sus atrocidades para con el sexo femenino. Las empalaba con estacas al rojo vivo que introducía por su vagina hasta sacar por la boca. Otras veces les arrancaba los pechos y órganos genitales.
Se afirma que en 1462 podría haber asesinado a 100000 personas. Dejaba todos los cuerpos empalados en la entrada a la capital, de manera que todo el mundo contemplara el castigo que podrían sufrir y, para asustar a posibles invasores. Drácula no quería que ciudadanos extranjeros influyesen en el comercio de Valaquia, así que detestaba a las iglesias católica y ortodoxa (porque en ellas se operaba desde fuera) y empalaba a los comerciantes que hacían intercambios con extranjeros.
En 1462 su hermano Radú ataca Valaquia junto a los turcos para acceder al trono. Al acercarse a Tirgoviste el sultán se encuentra con un espectáculo dantesco: veinte mil soldados turcos empalados en lo que se llamó "Bosque de los empalados". Asustado, el sultán se vuelve hacia atrás pero no así Radú, que consigue entrar en el castillo, donde la esposa de Drácula se suicida saltando desde una torre del castillo al río Arges antes de ser capturada por los turcos.
Drácula consigue escapar por un pasadizo secreto y viaja a Hungría en busca de la ayuda del rey Corvinus, que lo encarcela a su llegada. Sin embargo, pasado un tiempo Drácula se integra en la familia real húngara hasta el punto de casarse con una de las hijas del rey. Se traslada a vivir a una nueva casa y se convierte de la iglesia ortodoxa a la católica. Sin embargo, existen rumorer que firman que Drácula seguía con su costumbre de empalar como castigo de muerte, aunque en esas ocasiones lo solía hacer con ratas y pájaros.
Radú muere en Valaquia en torno a 1474 y Drácula se une con los moldavos para reconquistarla en 1476. Unos meses despues, los turcos vuelven a intentar recuperarla y Drácula muere en un combate cerca de Bucarest. Hay quien dice que por error, fue asesinado por sus compañeros o, incluso, intencionadamente. El sultán se llevó su cabeza a Constantinopla para demostrar que estaba muerto. El resto de su cuerpo fue enterrado en Snagov, en un monasterio también cercano a Bucarest.
Tras la muerte de Drácula aparecen multitud de panfletos en Rusia y Alemania contando anécdotas del personaje. Mientras que en Alemania se remarca su crueldad, en Rusia se le ve más bien como alguien que tiene que actuar así para defender a su pueblo. Las coincidencias entre unos y otros han dejado bastante claro a historiadores que, al menos, a grandes rasgos estas historias han de ser verdaderas. Las historias transmitidas de generación en generación, han hecho posible que las leyendas y anécdotas sobre Drácula hayan llegado hasta nuestros días.
Vlad Tepes está considerado como un heroe nacional en Rumanía, por su resistencia a las invasiones turcas. En un país donde el mito de los vampiros estaba muy arraigado, quizás fue ese el motivo por el que Bram Stoker eligió a Vlad como personaje para recrearal Drácula de su novela, lo que si es cierto es que tras este personaje de ficción se esconde un personaje real, cuya vida y muerte está rodeada de misterio.

Nota: Elisabeth Kostova, en su novela La Historiadora, realiza una profunda investigación sobre la vida y muerte de Drácula.

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